Seremos sietemil millones de habitantes el 31 de Octubre
El 31 de octubre, la población mundial alcanzará oficialmente la cifra de siete mil millones, un aumento de dos mil millones en menos de un cuarto de siglo.
Al ritmo actual, la población necesitaría, para el año 2030, un segundo planeta para poder satisfacer su apetito y absorber los residuos, según la organización defensora del medio ambiente Global Footprint Network (GFN).
Y el carbón, petróleo y gas que precisa la economía mundial para funcionar emiten gases de invernadero que alteran el clima, perjudicando potencialmente los ecosistemas que permiten alimentarnos.
El diplomático francés Brice Lalonde, uno de los dos coordinadores de la conferencia de Naciones Unidas de Desarrollo Sostenible, conocida como «Rio+20», que se celebrará en junio del 2012, afirmó que el aumento de la población de la tierra plantea un desafío fundamental sobre cómo se usan los recursos del planeta.
«En 2030 habrá al menos mil millones de personas más en el planeta,» advirtió Lalonde.
«La pregunta ahora es cómo podemos aumentar la seguridad alimentaria y proveer servicios esenciales a la población más pobre, pero sin usar más agua, tierra o energía?, planteó Lalonde.
Por eso opina que la reunión de Rio+20 se centrará en temas prácticos, como el aumento de fuentes de energía limpia, un uso más racional del agua, la construcción de ciudades más funcionales en términos de medio ambiente y el aumento de las tierras agrícolas sin el uso perjudicial de sustancias químicas.
Pero esas opciones tienen que ver más con el impacto del crecimiento de la población que con el problema de la explosión demográfica en sí.
Reducir la tasa de fertilidad contribuiría a estabilizar la población en 8.000 millones de habitantes, y a sacar de la pobreza a los países más vulnerables, reduciendo la presión sobre los recursos naturales y el clima, argumentan organizaciones que combaten en favor del medio ambiente y el desarrollo sostenible.
Para algunos expertos, el control natal voluntario es crucial.
Geoff Dabelko, director de Cambio Climático en el Centro Woodrow Wilson en Washington, cita el caso de Somalia para examinar qué pasa cuando las mujeres no tienen acceso a los métodos anticonceptivos. Muchos economistas argumentan que lo más urgente es reducir la pobreza y aumentar el nivel educativo, especialmente el de las mujeres.
Una gran problema que se agrega a la problemática, es la oposición de los religiosos conservadores a los anticonceptivos y al aborto. Los políticos también evitan hablar de un problema que les va a causar dolores de cabeza y aunque planteen ciertas soluciones, los supuestos beneficios sólo se podrán ver en décadas más adelante.
Para algunos críticos, las medidas de control de la natalidad son sinónimo de políticas de esterilización forzada, por ejemplo en India en 1970 y de la política de «un hijo único» en China, lo que ha provocado grandes desequilibrios, con muchos más hombres que mujeres en el país más poblado de la tierra.
Fuente: Afp/Lajornada