Otorgan premio a «Héroes de Fukushima»


Los empleados que trabajaron para controlar los daños en la central nuclear de Fukushima en Japón tras el terremoto y posterior tsunami de marzo fueron galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia (España), según anunció el miércoles el jurado.

En un comunicado, la Fundación anotó que pese a la gran incertidumbre sobre el desarrollo de la emergencia nuclear, los distintos colectivos que trabajaron durante semanas en Fukushima lo hicieron en condiciones extremas de elevada radiación y continuas rotaciones. Asimismo, de pocas horas de descanso, limitaciones en la alimentación y en el suministro de agua potable.

Afirmó que por ello muchos trabajadores desarrollaron patologías crónicas como arritmia e hiperventilación.

Sin embargo, a pesar de estas graves consecuencias, continuaron en las labores para recobrar el control de la central nuclear, conscientes de lo imprescindible de su trabajo para evitar una catástrofe de magnitudes mayores.

El fallo señaló que los «héroes de Fukushima» arriesgaron su vida en la propia planta y su entorno para evitar una tragedia humana y ambiental de mayores dimensiones, «dando al mundo un ejemplo de coraje ante la adversidad, sentido del deber, defensa del bien común y conciencia cívica» .

«Este grupo de personas representa los valores más elevados de la condición humana», dijo el jurado.

El jurado subrayó las tareas realizadas por tres grupos específicos: los trabajadores de TEPCO, operadora de la central nuclear; los bomberos que participaron en las labores de enfriamiento de los reactores; y las fuerzas armadas japonesas, que usaron helicópteros para lanzar agua a la central, evacuar población y establecer un perímetro de seguridad.

En el caso de TEPCO, de sus 130 operarios, 50 se presentaron como voluntarios, así como algunos trabajadores ya jubilados o próximos a la jubilación y, tras aumentar las rotaciones y las necesidades de personal, se contrató personal adicional.

Para el 3 de mayo ya habían intervenido en la planta de Fukushima mil 312 operarios.

La Fundación destacó que el comportamiento de estas personas ha encarnado también los valores más arraigados en la sociedad japonesa, como el sentido del deber, el sacrificio personal y familiar en aras del bien común, la dignidad ante la adversidad, la humildad, la generosidad y la valentía.

Fuente: AP/Universal/Jornada/NTX