Manifestación anti-coreana empaña festejos de Tokyo 2020

Luego que la capital de Japón amanecia con la noticia de su elección para organizar los juegos olímpicos de verano del año 2020, el domingo 8 de septiembre se registraron muchas escenas de júbilo entre los residentes de la ciudad, pero también el festejo fue empañado por la realización de una manifestación anti-coreana organizada por grupos nacionalistas de extrema derecha.

El distrito de Shin-Okubo, conocido como el barrio coreano, donde se ubican negocios y tienen su residencia una gran cantidad de personas originarias de Corea del Sur, fue nuevamente el esceneario de una manifestación que de forma recurrente se ha venido realizando desde hace ya algún tiempo por parte de grupos ultra-nacionalistas japoneses que exigen la salida de los sudcoreanos de suelo japonés.

Durante la manifestación de este día, equipos antimotines de la policía resguardaron el tránsito de los manifestantes que se desplazaron por las calles que delimitan el llamado barrio coreano, mientras que a su paso por las banquetas, grupos de opositores increpaban a los manifestantes y hasta hubo algunos que se tiraron en la calle para evitar el paso del contingente. Los opositores a la marcha dijeron que deseaban evitarle una vergúenza a Japón a pocas horas de haber recibido la organización de los juegos olímpicos.

Estas manifestaciones recurrentes han provocado que las ventas en varios restaurantes coreano en la zona, justo al este de la estación de Shin-Okubo de la línea JR Yamanote, se hayan reducido a la mitad, según dijo su dueño Kim Doc Ho, quien llegó a Japón hace 29 años y que vio un aumento de las ventas en el restaurante después de la emisión de un popular dorama sudcoreano, el cual provocó un interés nacional para todas las cosas coreanas durante una década.

Pero el negocio comenzó a declinar después de que las relaciones entre los dos países se deterioraron a raíz de la visita del presidente sudcoerano Lee Myung-bak en agosto del 2012 a los islotes rocosos controlados por esa nación y conocidos como Dokdo, pero que Japón reclama su soberanía refiriéndose a ellos como Takeshima.

El tenso enfrentamiento bilateral ha dado lugar a una serie de manifestaciones en contra de Corea en el distrito de Shin-Okubo por grupos de extrema derecha, entre ellos, uno que se identifica como "ciudadanos que no toleran los privilegios otorgados a los coreanos en Japón".

El pasado 16 de junio, unos 200 manifestantes se enfrentaron contra 350 personas que se oponían a las manifestaciones de odio, dando como resultado la detención de ocho personas. "Como propietario de una pequeña empresa, los trastornos son la última cosa que quiero ver porque asustan a los clientes", dijo Kim.

Aunque molesto con las manifestaciones, Kim se abstiene de criticar abiertamente por miedo a convertirse en blanco. "Va a ser muy triste si los japoneses se alejan de Shin-Okubo debido a las manifestaciones", dijo.

Otros dueños de negocios expresaron su preocupación por la situación de Shin-Okubo. Según Nobukatsu Kin, un residente coreano-japonés de tercera generación, los propietarios de tiendas coreanas locales han informado de un descenso del 30 por ciento en sus ventas. El impacto negativo que las manifestaciones han provocado en la actividad del barrio coreano está "fuera de toda duda", dijo Kin.

Algunos propietarios de tiendas, conmocionados por los discurso de odio han cerrado, agregó Kin, de profesón abogado, quién recolectó 13,000 firmas entre marzo y principios de julio para presionar a la policía de poner fin a las manifestaciones. Luego de sus acciones, recibió llamadas telefónicas intimidatorias después de que manifestantes publicaron su número en Internet. Las manifestaciones en Koreatown son "actos de violencia que se aprovechan de la libertad de expresión", dijo.

Video de la manifestación del domingo 8 de septiembre.

Aunque la policía sostiene que no están en condiciones de rechazar las solicitudes de los manifestantes por esa misma razón, se les pregunta a los organizadores su ruta para evitar las principales calles del barrio coreano, pero un hombre de 45 años de edad, quien tiene una tienda de prodcutos coreanos, dijo que mantener a los manifestantres fuera de la parte central de la zona "no es ninguna solución, porque ellos (los manifestantes) gritan, 'Muerte a los coreanos! o "coreanos fuera!" en lugares que no estan lo suficientemente lejos".

La cuestión de las restricciones legales a la incitación al odio ha llamado poco la atención de los legisladores nipones, quienes deberían reconocer que las restricciones legales a la incitación al odio, que se considera como un delito grave en Europa, están empezando a darse por sentado por la comunidad internacional, dijo Yasuko Morooka, líder de la asociación e investigador de la Universidad de Osaka de Economía y Derecho.

Fuente: Kyodo/YEA