Manager de JKT48 se suicida, gobernador de Jakarta es sentenciado a prisión por blasfemia contra el islam
La extraña muerte del manager de JKT48 Jiro Inao el pasado 22 de marzo en circunstancias sospechosas y el encarcelamiento del gobernador de Jakarta a 2 años de prisión por cargos de blasfemia contra el islam, son indicadores de la tensa situación política y social del país asiático con mayoría musulmana para quienes no profesan el islam y para las empresas japonesas progresistas que están impulsando negocios en el país asiático.
Indonesia tiene más de 190 millones de musulmanes, siendo el país asiático con más del 80% de población musulmana la cual sistemáticamente ha mostrado su oposición a las leyes laicas y a las influencias culturales modernas pues las consideran contrarias a su religión, hecho que influye en distintos sectores económicos y sociales incluyendo la agrupación idol de orígen japonés JKT48 de quien ciertos sectores de origen musulmán han criticado severamente al considerarlas nocivas, algunos políticos incluso asegurando que «las minifaldas son la raíz de todo mal» y una mala influencia para el país.
La muerte del manager de JKT48 se dió en condiciones extrañas pues fué encontrado colgado en el baño de su casa sin que hubiera una nota de suicidio o algún otro indicio, sin embargo la policía local concluyó que se había tratado de un suicidio sin que se abriera otra línea de investigación posible. Dentsu Corporation, la operadora de JKT48 y gestora de multiples negocios en Japón y el mundo, tiene un historial de suicidios por la excesiva presión que ejerce sobre sus empleados, por lo que los suicidios son algo común en esa compañía. Aunque el detonante de acuerdo a algunas versiones, sería la graduación de un gran número de integrantes de JKT48 en estos meses sin que se haya dado a conocer el motivo real de ese éxodo masivo.
Para la agrupación idol de orígen japonés con sede en Indonesia JKT48 la situación no ha sido sencilla. En un mar de mujeres musulmanas con hiyab, las JKT48 suelen bailar orgullosas con el cabello suelto y vistiendo minifalda, hecho que las relaciona directamente con «ser de la minoría cristiana», algo que la población musulmana considera una mala influencia a pesar de que jóvenes adolescentes musulmanas enfundadas en su jiyab acuden a ver los conciertos y eventos de sus idol, usualmente en contra de la voluntad de sus padres y madres tal y como se suele leer comúnmente en los blog locales. Algunas incluso tienen que ocultar su fanatismo por JKT48 cubriéndose el rostro, pues saben que podrían ser juzgadas por actuar contra su religión.
Sin embargo, JKT48 cuenta con el apoyo de cadenas de televisión y empresas con capital extranjero y japonés, dado que Japón es el principal socio comercial en el pais y aún posee gran influencia en el control de medios y publicidad, lo que les dá un soporte ante la presión de los grupos musulmanes que cada día exigen la imposición de sus leyes incluso a quienes no profesan su religión.
Tal es el caso del gobernador de Jakarta, Basuki Tjahaja Purnama, quien ha sido sentenciado ayer a 2 años de prisión por haber ofendido al islam, pese a que Indonesia posee un débil gobierno secular que cada día se ve sometido a la mayoría musulmana aplastante de ultra-derecha la cual ocupa cada vez más puestos de gobierno y de justicia, quienes tras ganar las elecciones pasadas han impulsado y puesto en práctica leyes severas contra quienes ofendan a su profeta o a su religión, lo que ha venido reduciendo las libertades y los intentos por secularizar al país.
Es obligatorio tener alguna religión, por lo que los japoneses que viajan y se instalan por negocios deben identificarse ya sea como cristianos o budistas, a pesar de que más del 60% de los japoneses son ateos. Las personas sin religión no suelen expresarlo públicamente pues temen ser llevados presos o asesinados, por lo que las leyes seculares no se cumplen o son rebasadas por otras leyes que castigan la apostasía o la blasfemia.
Indonesia es un país que fué convertido al islam en el siglo XV cuando los ejércitos del sultanato de Malaca invadieron y destruyeron los templos budistas e hinduístas que eran las religiones que predominaban en la población autóctona, por lo que desde entonces se instauró el islam como religión obligatoria, lo que la hizo mayoritaria. Después de profundas guerras y cambios políticos ha impulsado una débil democracia laica, atrapado en una zona económicamente activa muy cerca de las grandes potencias tecnológicas asiáticas, sin embargo el lastre del islam aún impide el desarrollo de libertades y avance, lo que dificulta su integración en la región.
Fuente: JS/YEA