Artefacto anterior al teléfono cumple 150 años de creación
Alexander Graham Bell pasó a la posteridad como padre de uno de los artefactos más revolucionarios de la historia: el teléfono. Pero antes que él, hace ahora 150 años, un joven inventor alemán creó un aparato similar que puede considerarse la piedra que asentó los cimientos de las telecomunicaciones.
Johann Philipp Reis tenía apenas 27 años cuando presentó su invento ante la Sociedad de Física en Fráncfort, en una conferencia con el modesto título Sobre la reproducción de sonidos a la distancia por medio de energía galvánica un 26 de octubre de 1861.
La primera frase que transmitió el padre de todos los teléfonos fue: «El caballo no come ensalada de pepino». Un mensaje poco memorable, pero que precisamente por eso sirvió a Reis para demostrar que no se había puesto de acuerdo con el receptor y que su artefacto transmitía voz humana, no solo ruidos.
Nacido en la localidad de Gelnhausen en 1934, Reis fue físico autodidacta, aficionado a la mecánica y experto en electricidad. Su invento no le trajo ninguna fama: murió a los 40 años de tuberculosis sin haberlo desarrollado del todo.
Como haría luego Bell, Reis estudió el funcionamiento del oído humano y basó su trabajo en la convicción de que la electricidad podía transmitir sonido.
Su Telephon (nombre inventado por el propio Reis) permitía transmitir la voz a unos 100 metros de distancia y sólo en una dirección: el interlocutor no podía responder de inmediato.
El invento fue recibido con indiferencia en Alemania y sólo comenzó a generar interés cuando un profesor demostró su funcionamiento en Nueva York en 1872.
Quince años después de la primera demostración de Reis, en 1876, Bell presentaría su famosa patente.
La disputa sobre el verdadero origen del teléfono sigue hasta hoy e involucra a otros muchos inventores como Elisha Gray, Innocenzo Manzetti, Charles Bourseul o Antonio Meucci.
Parece difícil relacionar las imágenes de esos antiguos prototipos con el mundo actual, donde miles de millones de terminales móviles distribuidos en todo el planeta, el avance de los smartphones y la proliferación de las redes sociales hacen que hablar a la distancia sea el aspecto menos sorprendente de las telecomunicaciones.
Y sin embargo el inicio de esta revolución se fraguó gracias a sueños como el de Reis y comenzó con una frase sobre un caballo y una ensalada de pepino.
Fuente: Dpa/Lajornada