Al borde de la extinción, los perros de raza «Akita Inu» prosperan


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En julio del año pasado, un cachorro pelirrojo hembra fue obsequiado al presidente ruso, Vladimir Putin, como una muestra de amistad de Japón, y se le envió en un asiento VIP de primera clase para su viaje en avión.

A principios de este mes, la administración del Presidente de Rusia publicó fotografías de «Yume», nombre de la perrita,  jugando felizmente con Putin.

Yume, cuyo nombre significa «sueño» en japonés, es una Akita Inu, una raza nativa de Japón. En la ceremonia de su despedida, Yume llevaba una faja alrededor de su cuerpo que decía: «Sekai e todoke» (Enviando el sueño al mundo).

El mundo de hoy ya no tiene perros de raza pura Akita Inu, de acuerdo a la asociación de preservación del perro Akita Inu, establecida en 1927.

En un momento dado, los perros Akita Inu se encontraban en peligro de extinción. En la era Taisho (1912-1926), como resultado de la cruza con perros más grandes, para crear perros de pelea competitivos, los tipos de perros mestizos Akita Inu han aumentado.

A través de los esfuerzos de la asociación, los perros Akita Inu se designaron como una especie protegida en 1931.

El mismo año, se produjo la invasión a Manchuria. Con Japón hundido más profundamente en la guerra, los perros Akita Inu se consideraron como una molestia, ya que necesitaban una gran cantidad de alimento.

«La gente no tenía más remedio que mantener a los perros en secreto en la montaña, lejos de la ciudad», dijo Keiichi Ogasawara, quien se desempeñó como vice presidente de la asociación.

El veterinario de 81 años de edad, recordó: «Sólo una docena de ellos pudieron sobrevivir después de la guerra».

Ogasawara trabajó junto con otros miembros de la asociación para proteger a los preciosos perros y mantener su crianza.

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En Japón, el Akita Inu es conocido por su extrema lealtad, en gran parte gracias a la historia de Hachiko, un perro macho Akita Inu de Odate, que esperaba todos los días en la estación de Shibuya en Tokyo a su dueño, Hidesaburo Ueno, un profesor de agricultura de lo que hoy es la Universidad de Tokyo, cuando volvía del trabajo. Él leal perro continuó esperándolo durante 10 años, después de la muerte de Ueno.

Hoy en día, una estatua de bronce de Hachiko en la estación de Shibuya se ha convertido en un popular lugar de encuentro para las personas que visitan el distrito, centro de la moda y el ocio de Tokyo.

A pesar de su gran amor por Hachiko, los japoneses ya no son tan aficionados a la raza.

Ichiro Ishikawa, del Kennel Club de Japón, dijo que su país se encuentra en medio de una moda de perros pequeños, ya que se pueden mantener en los reducidos apartamentos.

"Lala", la madre de "Yume"

«Lala», la madre de «Yume»

El perro Akita Inu ocupó el lugar número 42 en el ranking de las razas preferidas por el público durante el año 2012, según el club Kennel de Japón, que emite certificados genealógicos.

Sin embargo, Ishikawa, de 46 años de edad, dice que la popularidad del perro ha ido creciendo en el extranjero, especialmente en Europa, gracias a la exposición pública de «Yume» con el presidente ruso. 

«Es una buena noticia que la excelente calidad de los perros Akita Inu sea reconocida internacionalmente», dijo Ishikawa. «Creo que el perro Akita Inu, que ha evitado la extinción gracias a los esfuerzos de muchas personas, prosperará en el extranjero».

Para Shoji Hatakeyama, antiguo propietario de Yume, el Akita Inu siempre será el número 1. Como agricultor, ha convivido con perros desde hace 20 años.

Hatakeyama, residente de Odate, posee en la actualidad tres perros, entre ellos Lala, la madre de Yume, y los lleva a pasear dos veces al día durante 90 minutos. Él dice que los perros son tan amables que siempre corren a saludar a la gente que conocen y nunca gruñen o ladran.

«He tenido diferentes razas de perros antes, pero los perros Akita Inu son los mejores», dijo Hatakeyama, de 70 años de edad. «Son grandes, gentiles y honestos».

Fuente: JS/YEA