Divulgan casos de «rapiña» luego del desastre del 11 de Marzo


Tras el terremoto y tsunami del 11 de marzo, los japoneses en las áreas afectadas por el desastre fueron elogiados por los medios de comunicación extranjeros por su sangre fría, disciplina y sentido del decoro. Desafortunadamente, recientes informes de prensa, dan cuenta que no todo el mundo fue noble.

De hecho, una serie de crímenes ocurrieron y lo anterior se sabe porque los culpables han sido detenidos y procesados ​​por sus delitos. Los siguientes son sólo algunos de los casos presentados.

A finales de marzo, un grupo de seis hombres jóvenes salieron de Wakabayashi-ku, en Sendai, a las tres de la mañana e irrumpieron en un edificio habitacional en un área que había sido golpeada por el tsunami. Además de sustraer 12,000 yenes en efectivo, se llevaron un televisor, una tabla de nieve y otros elementos que pudieran ser fácilmente vendidos por dinero en efectivo.

Los ladrones, al darse cuenta que su coche había sido localizado por una patrulla de barrio, trató de desahcerse de su botín arrojándolo por la ventanilla del coche. Más tarde se supo que el propio líder del grupo había perdido su casa en la catástrofe y sus familiares habían sido reubicados ​​en varios centros de evacuación.

«Como una de las víctima, seguro que debe haber sabido lo que se siente», el fiscal le reprendió. «Por ser el de mayor edad del grupo, bién pudo haber desalentado a los demás«.

«Para ser franco, yo no pensaba en las otras víctimas«, se dice que respondió. «Yo estaba viendo para mí mismo y sentí que sería bueno tener un televisor para disfrutarlo. Lo siento. «

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En julio pasado, la Corte de Distrito de Sendai, procesó a tres hombres ​​por el robo de cables de energía eléctrica y accesorios. Según los cargos, después del tsunami, los hombres derribaron postes de electricidad a lo largo de la costa cercana a la ciudad de Ishinomaki y se llevaron las secciones de cable y varios transformadores de pequeña potencia.

Anticipando un aumento en el precio del cobre, habían planeado vender su botín a los chatarreros. Para evitar ser descubiertos, llevaban ropa parecida a la de los voluntarios que estaban empezando a unirse en la zona. Su error fue estar robando cables a las 5 de la mañana, una hora en la que los voluntarios reales todavía estaban durmiendo. Un policía los atrapó in fraganti.

«Dado que había tantas personas involucradas en la limpieza de los escombros, pensamos que la policía no iba a darse cuenta», dijo un delincuente de 66 años de edad, según fue citado.

En Ishinomaki se reportó casi una cuarta parte del total de víctimas mortales y el tribunal estuvo poco dispuesto a mostrar clemencia. Los hombres fueron condenados a cuatro años de prisión.

Otro crimen que ocurrió poco después del desastre fue la de solicitar apoyo económico de forma fraudulenta. El 18 de marzo, un hombre de 45 años de edad residente en Tokyo, afirmando ser una víctima del tsunami, se puso en contacto con unas 40,000 personas a través de Internet con su nombre real para pedir donaciones. A pesar de sus ruegos lastimeros, ni una sola persona parece haber caído en la trampa.

A principios de abril, un hombre de Tokyo, molesto por los rumores de que la capital se verían afectada por un sismo mayor, tuvo tanta ansiedad que tenía miedo de dormir en la noche. Para evitar la somnolencia, consiguió algunos fármacos estimulantes para inyectárselos.

El medicamento logró su propósito de mantenerlo alerta, pero no se produjo ninguna réplica de sismo. Sin embargo, un policía notó que el hombre se comportaba sospechosamente en la calle cerca de Shinjuku Kabukicho y lo detuvo para una inspección de rutina.

Ante la sospecha de abuso de estimulantes, los oficiales pidieron al hombre dar voluntariamente una muestra de orina, dando positivo por consumo de drogas.

La defensa del hombre en el juicio dijo que su cliente había comenzado a tomar los estimulantes por la «angustia que representaban las posibles réplicas».

Sin embargo, un juez veterano, teniendo en cuenta el historial de abusos anteriores del inculpado, le dijo: «Parece que usted siempre tiene alguna buena razón cada vez que consume drogas».

Fuente: Japan Press/JT