El factor «kawaii»
Por ejemplo, uno podría usar la palabra para describir un frasco elegante de perfume, una forma de caminar o incluso un par de zapatos viejos y desgastados. Todo eso en determinado contexto podría definirse como kawaii. De tal suerte que la palabra encierra cierto sentido de ambiguedad, pero también una forma de expresar agrado, simpatía y en la mayoría de las veces la palabra encierra un profundo sentido de afecto.
Científicos que estudian el sentido de la visualización han identificado una serie de características y comportamientos que hacen que algo sea percibido como kawaii o lindo.
Por lindo, cute o kawaii, son aquellas señales que indican extrema juventud, vulnerabilidad, inofensividad y necesidad. Ojos brillantes en la parte media baja de un rostro redondo y grande, un par de orejas redondeadas, entre muchas otras señales, son parte de las características que definen que algún ser real -o ficticio- sea considerado kawaii. Ese concepto se expande no solo hacia el propio ser humano sino a prácticamente cualquier especie de mamífero muy joven. No es difícil sentir ternura o simpatía por un cachorro o criatura jóven, sea real o en dibujo que tenga como características una alta vulnerabilidad e inocencia.
Lo «kawaii» es distinto de la belleza. La belleza atrae admiración, mientras que la «lindura» demanda afecto y simpatía. La belleza es rara, cruel, está lejos del individuo promedio y exige un monumento para admirarla, mientras que la lindura puede ser común, generosa, ofrecer empatía y afecto y no exige más que reciprocidad. Un personaje con razgos kawaii no necesita ser bello, o estéticamente proporcionado. Basta con tener características o una expresión de lindura para ser adorable o amigable.
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Expresiones «kawaii» se pueden observar en muchos aspectos de la vida cotidiana, desde el anime, la política, el cine y la cultura de las jóvenes que ven en lo kawaii la representación de sí mismas. De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Anime «Sakura card captor»; las mascotas de la expo Aichi 2005 «Kiccoro (el niño del bosque) y Morizo (el abuelo del bosque)», una chica haciendo cosplay de «Kitty-chan», y Eriko Sato interpretando «Cutie Honey». |
Japón y la cultura «kawaii».
La sociedad japonesa tiene en su haber cotidiano una fuerte influencia del factor «kawaii». Ejemplos de esa influencia se ven reflejados en los sitios más inverosímiles de la vida cotidiana. Transportistas de carga exhiben figuras de Hello Kitty en su tablero del vehículo, policias muestran carteles de seguridad vial con imágenes de Pipo-kun y Pipo-chan, anuncios en el tren subterráneo, propagandas de tiendas departamentales, los magazines de moda y por supuesto el mundo de la música. Todo está repleto de contenido kawaii.
Actualmente, no es suficiente para una compañía usar gráficas kawaii o colores brillantes en su publicidad. Deben tener además un nombre lindo y reflejar ese estado de amabilidad hacia su mercado si desean obtener mejores ganancias.
Ser kawaii no es simplemente una forma de vestir, de expresarse o de consumir productos, es de hecho una forma completa de comportamiento. Chicas jóvenes suelen actuar tontamente, con voces afectuosas y tiernas y frases de lindura recurrentes.
Para algunos investigadores del fenómeno, la lindura es usada para suavizar la sociedad vertical que se vive en Japón, a fin de suavizar las relaciones de poder y la autoridad sin sentirse amenazado.
Algunos feministas consideran que el factor kawaii en las mujeres adultas tiene relación con la dominación cultural y la explotación de la mujer en el país, pues se fomenta un comportamiento sumiso e inocente más que el maduro, asertivo e independiente. Lo que también es un hecho es que chicos hombres asumen como suya esta ideología y transforman su apariencia y actitud hacia estados «kawaii» sin trasgredir su identidad masculina, lo que sería de hecho una contradicción a la teoría feminista.
Si bien, algunos consideran a Kitty-chan un personaje pernicioso, en la realidad el factor kawaii que se refleja en la juventud es más bien un valor estético, que en general define a la juventud japonesa y por la cual se establecen parámetros de simpatía.
Tal influencia se refleja en magazines como «Cawaii» dirigida a jóvenes de entre 15 y 19 años, y la «S Cawaii» (Senior kawaii) con un enfoque para mayores de 20 años.
Para el editor del magazine, Kazuhiko Sato, el «kawaii power» seguirá existiendo en Japón por muchos años, y no piensa que exista algo insano o subversivo en esa ideología. Para Sato, las chicas tienden a ser cada vez mas kawaii para atraer la atención de los chicos, y eso es algo que seguirá existiendo.
El factor kawaii está presente en la música japonesa. Una actitud kawaii, dulce e inocente es una fórmula infalible cuando de Jpop se trata. |
Kitty-chan.
El clásico personaje «Hello Kitty», mejor conocida en Japón como Kitty-chan, es la reina del mundo kawaii. Kitty vive en Londres con sus padres George y Mary White. Le gusta coleccionar cintas para cabello y cocinar pasteles, además de tomar té con sus amigos. A pesar de haber cumplido 30 años de edad, apenas cursa el tercer grado, tal y como siempre ha sido. Su peso es el equivalente a 3 manzanas, anteriormente manzanas «Granny Smiths», ahora simplemente manzanas para cocinar, y su principal pasatiempo es hacer amigos. Kitty-chan empezó a hacer amigos en 1975 cuando apareció en un pequeño
monedero de bolsillo producido por Sanrio Corporation. Su éxito fué tal que rápidamente su imágen se exportó a otros artículos, desde camisetas, raquetas de tenis, cámaras, baterías e incluso bandaids de primeros auxilios.
Existen más de 15,000 productos de Hello Kitty en el mercado, y cada mes salen otros 500 más. El imperio de Sanrio se ha expandido no solo a Asia sino a prácticamente cualquier lugar del mundo. |
Para cualquier chica japonesa crecida durante los 70s, Kitty-chan fué su mejor amiga. Para Sanrio, ella fué su más lucrativa creación, transformandose de la bancarrota a un emporio multi-billonario mismo que se ha venido expandiendo desde Japón hacia todo lo largo y ancho del mundo, incluyendo Inglaterra, tierra donde según su mundo ficticio vive Kitty-chan con sus padres y donde en el mundo real se han establecido importantes tiendas en años recientes.
Sanrio tiene una teoría para explicar la popularidad de Kitty-chan: el hecho que ella no tiene boca. Sin boca es más fácil imaginar que comparte cualquier sentimiento que uno tiene en cualquier momento. Si estuviera todo el tiempo sonriendo y uno se encuentra triste la última cosa que querrías ver es a
una Kitty sonriente. Sin boca, es posible imaginarla que está igualmente triste.
Las adolescentes y sus madres seguirán adquiriendo los más de 15,000 productos que tiene en el mercado, con 500 nuevos artículos liberados cada mes por Sanrio, desde strap para teléfonos celulares hasta autos y motocicletas para uso cotidiano, con un mercado que alcanza incluso a un sector de hombres
rudos con sentimientos.
El cumpleaños 30 de Kitty se celebró en su parque temático «Sanrio Puroland», en la ciudad de Tama.
Kitty-chan, en un tributo de inteligencia extraterrestre. Creado por circlemakers |
Referencias:
Natalie Angier. The cute factor. NY Times publishing Co. jan 2006.
Brian Bremner. In Japan, Cute Conquers All. BusinessWeek, june 2002.
Charles Spreckley. What’s pussy cat. Metropolis magazine 272.