Los baños públicos «Sentō» sobreviven como atractivo turístico
El Sentō es un tipo de baño público japonés donde las personas pagan por entrar y usar este servicio. Estos han sido tradicional y totalmente utilitarios, un lugar donde las secciones de mujeres y hombres están separados por una barrera.
En ambos lados hay una serie de duchas para que la gente entre ya limpia a unas grandes bañeras (que puede ser también de aguas termales, u onsen), junto con otras personas.
Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XX, estos lugares han ido perdiendo popularidad, debido al aumento de los baños propios en los hogares japoneses y a la preferencia por los spas y onsen por parte de los jóvenes.
Estas instalaciones antiguas están perdiendo clientes y muchos se han visto obligados a cerrar.
Durante mucho tiempo, los baños públicos eran un aspecto integral de la sociedad japonesa.
En 1968, la industria alcanzó su punto máximo con 17,642 casas de baño existentes en todo el país. En la primavera del año 2008, esa cifra bajó a 4,343, cantidad que sigue disminuyendo a un ritmo de casi una casa por día .
Simplemente no hay suficientes clientes para apoyar a la industria, sin hablar de que hay pocos jóvenes preparados para hacerse cargo de la empresa, además de que las propias instalaciones se están desmoronando debido a su antigüedad.
Afortunadamente, hay un grupo demográfico que todavía está cautivado con la idea de experimentar una visita a los baños públicos como novedad.
Agencias de viaje y casas de baño están viendo a los turistas extranjeros como una importante fuente de negocio, ya que estos llegan con la esperanza de experimentar una rebanada «real» de la cultura japonesa, y no sólo las cosas que se puede encontrar en las guías.
Los turistas occidentales esperan encontrar una experiencia similar a cosas como jacuzzis, baños turcos, o quizá playas nudistas, pero la idea de que las personas se tomen el tiempo para la socialización completamente desnudas, sigue siendo todo un espectáculo. Simplemente no se hace en la mayoría de lugares del mundo.
Como tal, los usos y costumbres en dichos lugares pueden llegar a ser un poco confusos para los extranjeros.
En un esfuerzo por alentar a los turistas a experimentar las tradicionales casas de baño, en muchos de estos lugares se han puesto carteles con instrucciones hasta en cuatro idiomas: japonés, inglés, chino y coreano.
Sin embargo, todavía hay algunas barreras culturales que impiden a muchos extranjeros hacer libre uso de los baños públicos debido a un estigma en contra de los tatuajes. En Japón, la piel tatuada se asocia con miembros de la yakuza o mafia japonesa.
A pesar de que muchos extranjeros se hacen tatuajes como una forma de arte o de expresión personal y no tienen ninguna relación con el crimen organizado, la mayoría de las casas de baño de Japón tienen una prohibición general de entrar con tatuajes . Se dice que, independientemente de las propias razones personales para entintar la piel, «hace que los otros visitantes se sientan incómodos» y «rompen con la uniformidad y armonía» de la casa de baño.
Fuente: JS/YEA