Distribuyen al público marisco proveniente de la región de Fukushima


Marisco proveniente de las costas de Fukushima, lugar donde se localiza la planta nuclear dañada por el desastre del año pasado en Japón, salió a la venta el lunes, pero la oferta se limita al caracol marino y pulpo, debido a que persisten los temores sobre la radiación.

Esta especies fueron capturadas el viernes y se hirvieron para que duren más tiempo, mientras se hacian las prueba de radiación antes de que se pusieran a la venta al público el lunes.

El lenguado y otros peces de Fukushima todavía no pueden ser vendidos debido a la contaminación. No está claro cuándo van a ser aprobados para su venta por el gobierno, quien sigue haciendo pruebas de yodo y cesio radiactivos.

El 11 de marzo del año pasado, el terremoto y posterior tsunami dejaron las costas del noreste de Japón devastadas y desplazaron a decenas de miles de personas. Pueblos enteros fueron contaminados por la radiación que se escapó de la planta nuclear Dai ichi de Fukushima.

Los productos del mar autorizados se venden ahora a casi la mitad de lo costaban antes del desastre, pero los consumidores están comprando el producto para mostrar su apoyo a los pescadores locales, pero no en toda la prefectura o el área de Tokyo.

Nobuyuki Yagi, un profesor de la Universidad de Tokyo, y que ha estudiado a la industria pesquera después del desastre, dijo que persisten serias preocupaciones sobre si alguien va a comprar pescado de Fukushima, y la clave está en encontrar los tipos de pescado que no almacenan elementos radiactivos en su organismo.

«La pesca no podrá sobrevivir a menos que la gente compre el producto. Esto puede parecer obvio, pero Fukushima se enfrenta a esto», dijo en un comunicado a principios de este mes.

Tierras de cultivo también se han contaminado y cada grano de arroz se pondrá a prueba luego de la cosecha en algunas zonas antes de que puedan ser vendidos. La imagen de los productos de Fukushima se ha visto seriamente empañada ya que los consumidores están preocupados, especialmente aquellos con niños, quienes están evitando comprar alimentos cultivados en Fukushima.

Fuente: AP/YEA